Época: Grecia ClásicaI
Inicio: Año 480 A. C.
Fin: Año 425 D.C.

Antecedente:
Consecuencias de las Guerras Médicas. Los jonios



Comentario

Los aspectos positivos de la hegemonía, plasmados en el control de las aguas del Egeo, y los aspectos negativos, materializados en los crecientes enfrentamientos con Esparta, agudizan los problemas de Atenas en el momento en que buscaba asentarse fuertemente sobre el dominio adquirido, todo lo cual produjo una aceleración del proceso que definía las condiciones del imperialismo. Es posible que a principios de la década haya que situar la alianza con Segesta, en Sicilia, marco de unas nuevas ambiciones expansionistas, pero también de nuevas relaciones bélicas con las ciudades de la isla, sólo aparecidas más tarde.
Los problemas creados tuvieron que influir en que, a finales de la década, los atenienses hubieron de concentrar sus esfuerzos para afirmarse en la

Liga y para fortalecerse en las relaciones con los persas. Por otro lado, en el interior se habían manifestado algunos problemas indicativos de que la oligarquía como bloque no estaba ya tan satisfecha con la marcha de los acontecimientos y las formas que adoptaban las relaciones exteriores.

Significativamente, en el año 454, el tesoro de la Liga se trasladó de Delos a Atenas, lo que puede tener un valor más simbólico que de fondo, pues, en definitiva, ya era controlado desde antes por los helenotamías, funcionarios atenienses. Ahora, Atenas era ya el centro de los jonios y la Acrópolis sustituía como santuario al tradicional de Apolo en Delos. Ideológicamente, crecen las justificaciones. Pericles decía ahora que Atenas tenía que ser el centro porque ya había librado a los griegos del peligro persa.

Sin embargo, tal situación sólo se reconoce en un hecho que, por lo demás, está puesto en duda por la crítica. Los mismos antiguos se mostraban divididos para aceptar el hecho de que, en 449, se hubiera llegado a la paz de Calias entre persas y atenienses. Antes, Atenas ha tenido que actuar violentamente, una vez más, en Mileto y en Eritras. Las listas de tributos señalan que entre 453 y 451 los milesios ofrecieron resistencia a colaborar, mientras pagaban las dependencias próximas de Leros y Tiquiusa, seguramente porque allí se hallaban refugiados los leales que habían sido expulsados. Nuevamente, las lealtades al imperio ateniense aparecen unidas a vicisitudes de política interior. En el caso de Eritras, igualmente situada en la costa jónica, se conocen los acuerdos con los que terminó el conflicto. Se instituye una boulé democrática designada por sorteo, cuyos miembros juran lealtad al pueblo de Eritras y al de Atenas, así como no aceptar sin la aprobación de la boulé y el demos de los atenienses a quienes se hayan exiliado y refugiado junto a los medos. Por otro lado, se instituye la presencia en las ciudades de epískopoi, o supervisores enviados por Atenas, y de phrourarchoi, jefes de guarnición encargados de garantizar el cumplimiento de los acuerdos. Cada vez más, las decisiones comunes se toman en Atenas, paralelamente al hecho de que se hubiera trasladado el tesoro común.